Marvin de los Ángeles Colmenares
“Quien cuenta contacta su potencia de asombro, su deleite y su susto de perderla. Obra para no olvidar que puede ser parte del olvido…Quien cuenta, se escurre de las convenciones; verificando, a fuerza de papilas y pupilas, que la vida, e incluso la no-vida, es cuestión de miedo y maravilla.”
Ángela Hernández. La escritura como opción ética.
Desde que nacemos empezamos a contar. Los tiernos llantos y sonrisas son expresiones orales y escénicas de las narrativas que recién nacidas también, se ofrecen en los primeros escenarios y que luego se traducen en caricias, leche tibia, canciones de cuna y arrumacos con los que el espectador aplaude nuestra presentación.
En el devenir de la vida, contar historias se convierte en el puente de encuentro con el mundo. Narrando, nos aproximamos a él, intentamos conocerlo y nos vamos mostrando arropados por las imágenes que en ocasiones cubren las penurias o riquezas de nuestra alma y en otras nos dejan desnudos ante aquellos que saben leer entre líneas, escuchar más allá de la palabra o mirar en el micro gesto el mensaje que queremos dar. Afirma Anrubia “Entre todos los seres vivientes el hombre es el único que tiene que darse una interpretación acerca de sí mismo…En ese contexto bien puede decirse que el hombre es un ser inacabado o, mejor, que es tarea para sí mismo y que intrínsecamente forma parte de su existencia y de su modus essendi la tarea de descubrir el sentido de estar vivo y de ser humano.”
Contar invita a transitar esa dimensión de lo posible. Contar es crear nuevos tejidos partiendo de los hilos de nuestra propia existencia. Contando nos paseamos por el sentido de la vida, nos encontramos con los tesoros que habitan en lo profundo de nuestro ser, también con los demonios que nos asustan pero que, al sacarlos a la luz, se vuelven maestros. Contando siempre contamos los que somos.
Cada día es un cuento por crearse. Cada persona una oportunidad de ampliar la visión y enriquecer el alma. Cuando desde una mirada atenta, empezamos a atender nuestras historias personales y los incontables misterios que la vida nos muestra a través de las vivencias de los otros (una pareja que conversa, una mujer que espera, un señor impaciente que mira el reloj), caemos en cuenta que indiscutiblemente la narrativa de la vida es extraordinaria en su cotidianidad. Que la experiencia de narrar es la oportunidad de narrar-nos y que, somos el lobo y la caperucita, somos el cazador y la abuelita, somos la pluma que vuela al capricho del viento, somos el héroe y el villano, el príncipe que rescata y a veces somos la torre…
Ya lo afirmaba Siciliani al estudiar la mirada de Brunner respecto a la actividad de contar afirmando que, narrar es una actividad peligrosa porque “Es un arte de lo posible que tienta con alternativas trascendentes” y, “Hace que se empiece a discutir si la vida tiene que ser así. Y este es el germen de la subversión” (Bruner, 2003, p. 131).
Valdría la pena preguntarnos al confrontar el alcance de contar para contarnos, ya sea que escribamos o practiquemos la narración oral, si estamos teñidos del valor necesario para abrazarnos al cuento como camino de expiación, redención y comprensión de lo que somos y como vía de trascendencia para blandir aquello que queremos ser. Si corremos el riesgo de mirarnos en el oficio de contar-nos, si nos apropiamos de la posibilidad de construir desde las líneas de esas historias los intersticios de nuestros múltiples desenlaces, quizás podamos ser protagonistas irreverentes, personajes osados que corren el riesgo de asumir la aventura más retadora: la vida misma, y como en el viaje mítico del héroe, podamos encontrar nuestro destino solo por atreveremos a contar, para contarnos.
¡Y colorín y colorado…este cuento ha comenzado!
Referencias:
Anrubia, E. (2002). Espéculo. Revista de estudios literarios. Universidad Complutense de Madrid. Tomado de: http://www.ucm.es/info/especulo/numero21/est_narr1.html Fecha de consulta: Diciembre 2019
Hernández, Á. (2002). La Escritura como Opción Ética. Santo Domingo, D.N., Dominican Republic: Cole
Siciliani, J.M. (2014). Contar según Jerome Bruner. Itinerario Educativo, xxviii (63), 31-59. Tomado de: https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/6280205.pdf Fecha de consulta: Diciembre 2019